Los deberes y los padres

NENA HACIENDO DEBERES

Mamá y papá han trabajado todo el día, llegan a casa y tienen ganas de descansar o empezar con tareas de la casa, sin embargo enseguida escuchan: _ “No entiendo esto”, es la voz de su hijo/a que está haciendo la tarea en la mesa del comedor y el hermano en el escritorio.

El qué hacer ante las tareas escolares es una de las fuentes más comunes de tensión y dificultad entre padres e hijos.

Podemos adoptar medidas simples para minimizar éstas controversias y al mismo tiempo ayudarlos a ellos a sacar el mayor provecho de sus deberes escolares.

Los deberes ayudan a nuestros hijos a trabajar en tareas sin tener una persona brindándoles orientación para cada paso. Cuando los deberes se hacen con muchas dificultades, los padres pueden observar, en el momento de realizar esta actividad, que el niño aún no ha adquirido esos nuevos conocimientos.

El lugar apropiado para que los chicos realicen sus tareas domiciliarias puede ser cualquier espacio en donde trabajen cómodos y sin distracciones.

En la etapa escolar es conveniente que los padres elijan y proporcionen ese ámbito o entorno adecuado. La gran mayoría de los niños rinden más si pueden trabajar en un área reservada para sus deberes y estudios. Un escritorio o una mesa con superficie plana, cumpliría las funciones necesarias para escribir sin dificultades y en un área fuera del tráfico general de la casa. Es importante una buena iluminación, una silla adecuada y que se encuentre a mano todo el material necesario (para que no tenga que levantarse a buscar cada uno de los elementos que necesita), y que no hayan objetos que puedan distraer su atención. Cuando los chicos crecen es normal que “se muden” por iniciativa propia, a lugares de estudio donde se puedan apartar del resto de la casa.

La cantidad de tareas que el docente solicita es variable según la escuela, el grado y el horario que el chico cumpla dentro de ella.

El inicio de esta rutina es importante realizarla cuando el niño comienza el ciclo escolar, ellos necesitarán un seguimiento más cercano ya que están comenzando a tener hábitos nuevos.

La hora fija para hacer los deberes no es igual para todos los niños, algunos conservan sus energías y están preparados para seguir aprendiendo cuando regresan a casa, otros están cansados y necesitan descansar. Es muy importante que como papás respetemos los tiempos de cada uno de nuestros hijos, y podamos detectar cuál es el momento en que alcanzan un mejor rendimiento. Debemos tener en cuenta que la hora de finalizar los deberes debe ser antes de la hora de ir a dormir, ya que es necesario un tiempo de distracción y que como todo niño durante su infancia necesita jugar.

¿Debo ayudar a mi hijo con los deberes?

La mayoría de los papás tienen dificultad para decidir en qué medida tienen que brindar ayuda a sus hijos con los deberes y caen en la trampa de asumir más responsabilidades de las que deben por las tareas escolares de sus hijos,  es común escuchar: “hoy los deberes nos salieron bien”. Recordemos que nuestra función es apoyarlos. El chico podría necesitar que nos sentemos cerca mientras hace las tareas para que sienta nuestra presencia, o nuestra ayuda con ciertas partes de la tarea, o participación (escucharlos leer, la práctica de las tablas de multiplicar, etc.).

Busquemos y rescatemos sus aciertos, lo positivo y evitemos las críticas. La frustración de nuestros hijos sólo aumentará si cuando tienen un momento difícil nosotros continuamos señalando sus defectos.

Frases como: “A esta altura del año ya tendrías que hacer esto solo”, “No entendiste nada”, podría convertirse rápidamente en el inicio de una zona de guerra, en un momento de enfrentamiento, en discusiones, etc.

Revisar los deberes está bien, es una manera sencilla de demostrar que estamos interesados en saber cómo marcha el rendimiento de nuestros hijos.

Ahora ¿ qué sucede cuando fallan permanentemente? Es importante intervenir para que complete sus obligaciones escolares pero, si ellos requieren más ayuda de la que ustedes como papás consideran razonable, es imprescindible solicitar una entrevista con el maestro y averiguar si es capaz de completar tareas similares en clase.

Si nuestro hijo no hace las tareas, o dice “hoy no tengo deberes” (algo que escuchamos a diario), y no es cierto, debemos averiguar qué está sucediendo.

Cuanto antes podamos implementar prácticas efectivas para nuestros hijos en referencia a los deberes, mayores serán nuestras probabilidades de que podamos hacer de esa instancia, una experiencia de aprendizaje positiva.

Tengamos en cuenta que nunca es tarde para comenzar. Lo importante es que aunque escuchemos quejas (“así no es como la maestra me enseñó”, “ella no me dice nada si lo hago así”) y encontremos resistencias al principio de parte de ellos, intentemos hacer “acuerdos” con ellos.

Al final tanto ustedes como vuestro hijo apreciarán vivir este momento como una buena experiencia de encuentro  y  compartir aprendizajes .