Generalmente una vez que el diagnóstico confirma que existe dislexia en un hijo, y sabemos en qué consiste esta dificultad, vienen a la cabeza miles de preguntas a las cuales muchas veces no encuentran respuesta, ¿podrá mi hijo tener una vida normal?, ¿ cómo será su futuro?, ¿ qué le impedirá esta dificultad?, ¿es una enfermedad?, ¿existe algún tratamiento?, ¿por qué justo mi hijo tiene esta dificultad?, ¿tendrá que vencer las mismas dificultades que yo?, y otras genuinas preguntas que surgirán de acuerdo a las vivencias de cada uno de ustedes.
Otras veces la angustia es tan grande que sienten muchísima impotencia ante el tema, mucha culpa y lo que es peor incertidumbre por no tener claro qué es lo que podrá o no realizar ese hijo en un futuro.
Si tenemos claro que es una dificultad específica que involucra la lectoescritura y que está vinculada a determinadas situaciones de la vida diaria, nuestro sentir cambiará.
Nuestro objetivo es ahora tener claro en qué consiste la función de padres de hijos disléxicos (no me gustan las etiquetas) y cuál es la mejor forma de ayudarlo.
El tener confianza, primero en ustedes mismos, para que de esa manera él sienta todo el apoyo. Él debe saber que lo quieren, y mucho. Son importantes los abrazos, los gestos, una palabra de aliento.
Habitualmente su autoestima se manifiesta muy baja y generalmente se siente desanimado y enojado ya que al tener una inteligencia normal o superior, su propia capacidad lo llena de interrogantes. Si ustedes se sienten ansiosos y angustiados, esto generará más problemas en él.
El éxito implicará una considerable cantidad de trabajo.
Si recibe un tratamiento especializado, sería beneficioso el sentirnos contenidos por las personas que tienen a cargo el apoyo pedagógico de nuestro hijo.
Realmente podemos hacer muchas cosas desde casa para ayudarlo.
Como muchas veces él no puede tener la oportunidad de descubrir sus puntos fuertes, ya tenemos allí una tarea.
Las ideas que se plantean a continuación fueron generadas en el intercambio con muchos padres que quisieron buscar solución a problemas que se les planteaban todos los días.
Es común que le cueste ordenarse en las tareas cotidianas. Deja la ropa tirada, su ropero parece un campo de batalla.
Ellos pueden lograr un orden si reciben las indicaciones necesarias, pero no todas de una vez. Una idea que resulta beneficiosa es ponerles cartelitos en los estantes con la clasificación que se haga de su ropa.
Cuando se bañan es un buen hábito el que dejen siempre en el mismo lugar la ropa sucia. Un tema importante que generalmente les genera problemas es el poner el agua de la ducha; esto es debido a la dificultad de reconocimiento de derecha –izquierda. Una solución que parece ser muy buena es la de hacerle una pequeña marca a la canilla de agua caliente con un marcador permanente, para que la gire hasta que vea la marca.
Lo mismo sucede cuando confunde los zapatos, si le realizamos una pequeña señal sobre el lado del arco del pie, no podrá equivocarse.
Cuando el tema se refiere a su mochila, él es quien debe ordenarla, vaciándola primero, para después paso a paso saber cómo introduce sus útiles. Lo mismo sucede con su cartuchera y el sacarle punta a los lápices antes de ir al colegio para no perder tiempo luego.
Si concurre al club y no quiere olvidarse de nada, es necesario hacerle una lista con letra grande y que sea visible (por ejemplo en la puerta de un placard) con todo lo que va a utilizar y que él vaya poniendo las cosas a medida que lee.
Diariamente es sano que tenga responsabilidades en casa: el poner la mesa teniendo en cuenta todas las costumbres de cada hogar.
Es necesario que cocine, leyendo recetas donde pueda seguir las pautas paso a paso, esta actividad lo ayuda a mejorar su comprensión lectora, el aspecto secuencial, su atención, así como sentir que la familia aceptará su delicioso plato.
Cuando se van a realizar las compras de la casa, es muy útil que escriba la lista. Si no ha hecho compras todavía, solicitémosle que nos ayude con pautas bien específicas, como la marca que deseamos comprar, el precio, el tamaño, la cantidad, etc. Aquí está trabajando escritura, lectura, comprensión, matemática, etc. Debe sentir que puede manejar esta tarea.
La mayoría de las veces no recuerda su número telefónico ni su dirección, lo solucionamos con una tarjeta que tenga estos datos con letra grande y números claros.
Al estar la comprensión lectora descendida así como la velocidad de lectura, podemos leerle los textos que va a estudiar, grabarnos y que él luego nos cuente con sus palabras lo que comprendió y retuvo.
Cuando le toca el turno a la corrección de errores ortográficos, es imprescindible borrarle toda la palabra, no la letra que omitió o confundió. Debe lograr integrar la palabra como un todo con sentido y no como algo formado por letras independientes.
Existen muchísimas otras pautas que ustedes pueden realizar de acuerdo a la dificultad que vuestro hijo tenga diagnosticada.
No todas las pautas sirven para todos los chicos con dislexia ya que la misma presenta diferentes características en cada chico y existen diferentes tipos de dislexia.
Lo más importante es el apoyo comprometido y con mucho amor que podamos trasmitirle a nuestro hijo. Él los necesita de esa manera.